En España, el 43% de las personas confiesan vivir con cierta sensación de fatiga o agotamiento en el trabajo.
El “burnout”, también llamado síndrome de estar quemado/a o de desgaste profesional es una respuesta al estrés laboral crónico integrada por actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja y hacia el propio rol profesional, así como por la sensación de encontrarse emocionalmente agotado. Se trata de un proceso continuo en el que la persona trabajadora va perdiendo progresivamente su energía, optimismo e ilusión, hasta terminar, en ciertas ocasiones, en un estado de incapacidad para desempeñar sus funciones.
El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo distingue hasta cinco etapas en las que se desarrolla el Burnout:
Fase inicial, de entusiasmo. Se experimenta, ante el nuevo puesto de trabajo, entusiasmo, gran energía y se dan expectativas positivas.
😟 Fase de estancamiento. No se cumplen las expectativas profesionales. Se empieza a percibir que la relación entre el esfuerzo y la recompensa no es equilibrada.
😖 Fase de frustración. El trabajo carece de sentido, cualquier cosa irrita y provoca conflictos en el grupo de trabajo. La salud puede empezar a fallar y aparecer problemas emocionales, fisiológicos y conductuales.
😐 Fase de apatía. Se producen cambios de actitud y conducta, como la tendencia a tratar a los clientes de forma distanciada y mecánica.
😩 Fase de quemado. Colapso emocional y cognitivo, fundamentalmente, con importantes consecuencias para la salud.
Este problema trae consigo consecuencias para las personas empleadas como: trastornos de conducta (p.ej.: agresividad), trastornos emocionales (p.ej.: depresión, ansiedad), síntomas físicos (p.ej.: migrañas, trastornos del sueño); y también para la empresa, que se encontrará un entorno laboral compuesto de: insatisfacción laboral, pérdida de la motivación de sus empleados, abandono, absentismo laboral, etc…
Para prevenir esta situación, es crucial identificar y modificar las condiciones de trabajo que lo han producido, y en casos de exposición prolongada puede ser necesaria una reubicación de la persona trabajadora, un asesoramiento psicológico o acompañamiento en el puesto de trabajo con el fin de corregir los hábitos adquiridos.
👨🏽💻 Infografía de la mano de Mikel Herce González, que se ha encargado de resumir en una imagen el texto que os comparto.
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